Durante una actividad religiosa, el representante de la Resistencia islámica libanesa enfatizó en que la solución a la crisis requiere la designación primero del jefe de Estado, después la formación del gobierno y con él la aprobación de un plan de rescate económico, financiero y social.
Aseguró que todo lo anterior resulta difícil y complicado en la actualidad debido a las sanciones estadounidenses que intentan golpear la estructura del país para desesperar a la gente y fabricar el caos.
Tras la derrota en el Parlamento en 11 sesiones, Qassem puntualizó que elegir al nuevo mandatario requiere discusión, flexibilidad y concesiones, especialmente cuando ningún bloque o fuerza política cuenta con la mayoría y en ese sentido, respaldó el llamado al diálogo y al consenso.
Manifestó que los diputados deben ponerse de acuerdo entre sí sin otras reglas externas, pues resulta injusto para el país continuar en la vacancia en medio del empeoramiento de la crisis económica.
Qassem reiteró que Hizbulah, junto con el movimiento Amal y otros aliados, están claros en la elección del presidente de la República y convocan a la convergencia y a asumir la responsabilidad ante el pueblo libanés.
Líbano arribará mañana a tres meses de vacío presidencial a la luz de discrepancias políticas internas, presión extranjera y agudización de las condiciones de vida como consecuencia de la devaluación de la moneda nacional y la disminución del poder adquisitivo.
El pasado día 19, el Parlamento de Líbano repitió el mismo guion de las anteriores 10 sesiones y hasta el momento ningún representante de la comunidad cristiana maronita cuenta con el apoyo de la mayoría para ocupar el cargo de jefe de Estado.
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