«Este ciudadano preparó el golpe. Hoy tengo conciencia y lo diré aquí alto y claro. Estoy seguro de que Bolsonaro participó activamente en esto y todavía está tratando de participar», aseguró Lula en un adelanto de la entrevista concedida a la Rede TV y programada para ser transmitida íntegramente en horario nocturno de este jueves.
Para el fundador del Partido de los Trabajadores, el acto golpista debió perpetrarse el 1 de enero, durante su asunción al poder, pero los manifestantes vieron que había mucha gente en el evento, al igual que demasiados policías estaban en la Plaza de los Tres Poderes, motivo por el cual ocurrió solo una semana después.
Bajo pedidos de intervención militar y rechazo a la victoria electiva de Lula, partidarios radicales de Bolsonaro invadieron y depredaron en esa fecha las sedes del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal (STF) y el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo.
El exparacaidista fue incluido en la investigación abierta por el ministro Alexandre de Moraes, del STF, para identificar a los donantes del movimiento golpista y corre riesgo de ser arrestado.
Medios periodísticos locales aseguran que el regreso del expresidente al país desde Estados Unidos, donde vacaciona, estaría siendo retardado a causa de las pesquisas por los actos antidemocráticos del 8 de enero.
Bolsonaro solicitó esta semana una visa de turista de seis meses de duración para extender su estancia en la nación norteña, donde arribó a finales de diciembre.
En la jornada, el senador Marcos do Val denunció que sufrió la presión del exgobernante para aliarse con él en un golpe de Estado contra Lula.
«Antes me molestaba cuando me llamaban bolsonarista (adepto del exuniformado). Esperen, voy a soltar una bomba. El viernes (mañana) saldrá en (la revista) Veja el intento de Bolsonaro de coaccionarme para que diera un golpe de Estado junto a él», afirmó el también militar en un live (en vivo por redes sociales).
Do Val comentó a la televisora GloboNews que uno de los factores que le llevaron a esa decisión fue una conversación, presenciada por Bolsonaro, después de las elecciones de octubre, en la que el entonces diputado Daniel Silveira le habría propuesto un plan golpista para anular las justas comiciales ganadas por Lula.
De retornar a Brasil, otras posibles indagaciones enfrentaría el político ultraderechista por la crisis sanitaria y social que enfrenta el pueblo indígena Yanomami, abandonado durante su mandato de cuatro años (1964-1985).
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