De acuerdo con las conclusiones de ese estudio, publicadas este domingo por el diario Il Fatto Quotidiano, en esta nación es relativamente reducido el presupuesto destinado a ese sector pues “ningún otro gran país de la Unión Europea (UE) gasta tan poco en relación con su Producto Interno Bruto”.
En el análisis se señala, sobre la base de los últimos datos computados, que en 2021, Italia gastó solo el 7,1 por ciento de su PIB en sanidad, un porcentaje solo superior a los 5,9 puntos porcentuales asignados por Grecia.
Sin embargo, las cifras italianas fueron inferiores a las de España, que destinó a gastos de salud el 7,8 por ciento de su PIB, así como a las de Reino Unido (9,9), Francia (10,3) y Alemania, que asignó a tales fines un presupuesto equivalente a 10,9 puntos porcentuales de su renta nacional
El documento, de 256 páginas enfatiza que en los últimos años los distintos gobiernos italianos “optaron por recortar lo que obviamente consideraban salidas superfluas”, lo cual afectó las asignaciones sanitarias y afirma que “incluso mirando los datos más recientes, la situación no cambia”.
En tal sentido, la fuente cita un informe del Centro de Investigación Económica Aplicada en Salud (Crea), según el cual faltan en esta nación 30 mil médicos “para alinear con el nivel del resto de países europeos de referencia”.
“Se deberían invertir 30 mil 500 millones de euros para llenar este vacío, debido a que Italia tiene una mayor necesidad de personal sanitario debido a la mayor edad media de la población”, precisa ese estudio.
“Teniendo en cuenta los aproximadamente 12 mil médicos que se jubilan cada año, se debería contratar al menos 15 mil profesionales cada año durante los próximos 10 años para llenar el vacío. Un objetivo muy difícil de conseguir dada la falta de vocación que sufre la península”, añade ese centro.
La solución, en criterio de los expertos de Crea citados por ese diario, “pasaría por ofrecer a los médicos unas condiciones económicas más atractivas”, pues según señalan “el personal médico italiano gana de media un 6,0 por ciento menos que sus colegas europeos”.
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