Los países al sur del Sahara, asimismo, son el epicentro del islamismo violento debido al aumento de los reclutas, señala el informe de la Agencia de Desarrollo Internacional de la Organización de las Naciones Unidas (PNUD).
El texto asegura hay un descenso del 57 por ciento de quienes adoptan la causa islamista es decir, la imposición del Islam por la fuerza por razones confesionales, pero en contraste un alza del 92 por ciento de aquellos que buscan mejorar su situación económica.
Los cambios ocurrieron en el último lustro, asegura el estudio, en particular después de la irrupción en África de la epidemia de Covid-19 con sus secuela de inflación, al igual que los efectos del cambio climático manifestado en largas sequías, inundaciones por aguaceros bíblicos e invasiones de langostas.
Las tragedias generadas por los cuatro mil 155 ataques y atentados islamistas registrados en 2017 ascendiero a 18 mil 417 muertes, la mayoría en la atormentada Somalia, donde campea por sus respeto el movimiento Al Shabab (Los Jóvenes, en árabe).
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