La fuente señaló que bajo la orden del ministro de Seguridad Nacional, el ultranacionalista Itamar Ben-Gvir, esta política alcanzó “su punto más alto”.
Según los datos recopilados por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, del 1 de enero al 7 de febrero las fuerzas de seguridad demolieron 42 edificios palestinos, 24 más que en igual periodo del pasado año, subrayó Arutz Sheva.
Durante los últimos diez años, de 2013 a 2022, la policía israelí derribó cada mes un promedio de 12,4 edificios árabes en la zona oriental de la urbe, para sumar mil 492, apuntó.
Tel Aviv justifica su estrategia al afirmar que esas construcciones no tienen permiso, a lo cual los palestinos replican que las autoridades de ocupación casi nunca autorizan nuevas edificaciones a los ciudadanos árabes como parte su estrategia para judaizar la zona.
Según diversos cálculos, más de 200 mil colonos judíos viven en Jerusalén Este, que la comunidad internacional considera la capital del futuro Estado palestino.
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