En la misiva, el sumo pontífice expresa que “los años de la pandemia acrecentaron nuestro sentimiento de gratitud por quienes trabajan día a día por la salud y la investigación, pero salir de tan gran tragedia colectiva honrando a los héroes no es suficiente”.
El papa afirma que “la Covid-19 ha puesto a prueba esta gran red de capacidades y solidaridad, y ha mostrado los límites estructurales de los sistemas de bienestar existentes”.
Por tal razón, agrega, “es necesario que el agradecimiento vaya de la mano con una búsqueda activa, en cada país, de estrategias y recursos para que todo ser humano tenga garantizado el acceso al tratamiento y el derecho fundamental a la salud”.
“Tememos a la vulnerabilidad y la omnipresente cultura del mercado nos empuja a negarla. No hay lugar para la fragilidad. Y así el mal, cuando irrumpe y nos ataca, nos deja aturdidos en el suelo”, expresa Francisco en su llamado.
“En esta XXXI Jornada Mundial del Enfermo, en medio de un camino sinodal, los invito a reflexionar sobre el hecho de que es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y la enfermedad que podemos aprender a caminar juntos”, añade el obispo de Roma pues, según reafirmó “todos somos frágiles y vulnerables”.
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