En un Parque de los Príncipes con seguridad abarrotado, rojiazules y bávaros reeditarán la final de la Champions del 2020, ganada por los alemanes 1-0, y uno de los duelos de cuartos del año siguiente, con el desquite parisino eliminando al ogro germano, dos clubes repletos de estrellas del fútbol mundial.
Los dirigidos por Julian Nagelsmann llegaron a la Ciudad de la Luz sin los lesionados Mané y el veterano arquero Manuel Neuer, pero con piezas de ataque tan peligrosas como Jamal Musiala, Leroy Sané, Thomas Müller, Serge Gnabry, Kinglsey Coman y Eric Maxim Choupo-Moting.
Por su parte, Christophe Galtier llamó a filas al estelar Mbappé, aunque sin confirmar su titularidad, y podrá contar con el regreso del astro argentino Lionel Messi, tras su ausencia el sábado en Mónaco por problemas musculares, lo que implica la posible presencia en la cancha del tridente galáctico, integrado además por Neymar.
Kylian retornó el domingo al entrenamiento colectivo y ayer cumplió la sesión completa con sus compañeros, una recuperación milagrosa tras la lesión en el muslo izquierdo sufrida el 1 de febrero en Montpellier.
Sin embargo, Galtier comentó ayer a la prensa que hablará hoy con el francés y con los médicos antes de decidir su arranque en el partido, lo cual no pocos dan por hecho.
Los pronósticos son parejos para el cruce, aunque el PSG y el Bayern Múnich viven momentos diferentes, el primero con dos reveses en fila, eliminado por Olympique de Marseille 2-1 en la Copa de Francia y derrotado 3-1 en Mónaco en la Ligue1, mientras la visita ganó en Alemania sus últimos tres partidos marcando 11 goles.
Es un encuentro de 50-50, estimó Galtier sin dejar de mostrar confianza en sus futbolistas.
Nagelsmann también manifestó tranquilidad de cara al duelo y consideró que si su plan funciona, las superestrellas del PSG no tendrán muchas oportunidades.
El partido de vuelta se jugará el 8 de marzo en el Allianz Arena de Múnich.
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