El gobierno precisó que el servicio comenzó desde esta misma jornada e incluye la concesión tanto de visas ordinarias como las de tránsito.
Beijing el mes anterior detuvo la entrega de los permisos a los japoneses y a los surcoreanos como reacción a “las medidas restrictivas contra los ciudadanos chinos», adoptadas por los Estados vecinos.
De esa manera, cumplió con su advertencia de que reciprocaría las disposiciones aplicadas en las fronteras de una treintena de países del mundo contra pasajeros salidos de aquí, alegando preocupaciones por un posible rebrote de Covid-19 en sus territorios.
Corea del Sur, en específico, desde el 5 de enero hasta esta semana exigió a los viajeros resultados negativos de una prueba PCR realizada 48 horas antes de la travesía o de antígenos hecha con 24 horas de anterioridad.
Japón igualmente pidió un hisopado y además ponía siete días en aislamiento a los casos positivos de Covid-19.
China el 8 de enero degradó el nivel de emergencia con que maneja la Covid-19 y eliminó más controles sanitarios para enfocarse en los casos graves y ampliar la vacunación mientras convive con la enfermedad y el virus que la provoca.
Ello implica el fin del aislamiento y pruebas PCR para quienes llegan del exterior, Hong Kong y Macao.
No obstante, esos viajeros todavía necesitan resultados negativos de un test tomado 48 horas antes de arribar a China y usar mascarillas durante la travesía.
Con estas decisiones la nación oriental se alejó casi por completo de su estricta política de cero Covid-19 y comenzó a convivir con el virus, tal y como hace el resto del mundo.
Según las más recientes estadísticas, la oleada que afectó al país desde diciembre pasado llegó a su fin tras provocar más de 100 mil muertes e infectar a cerca del 90 por ciento de la población con miles de casos críticos entre los adultos mayores.
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