Las Saturnales romanas también tienen presencia en la tipología de trajes y detalles a la hora de engalanar las noches de bailes de máscaras en muchos territorios.
Así sucedía en las fiestas en honor al toro Apis en Egipto, una deidad a la cual se adoraba con ofrendas hasta su muerte, momento en que era reemplazada por otra.
Desde los albores de la Edad Media, la etimología de la palabra Carnaval comenzó a derivarse del latín vulgar carnem-levare, que significa «abandonar la carne».
Posteriormente surgió otra procedencia de la expresión que prevalece en la actualidad denominada carne-vale o «adiós a la carne».
De acuerdo con algunos historiadores, los comienzos de la festividad se ubican en la Sumeria y el Egipto antiguos hace más de cinco mil años, donde se evidenciaron celebraciones muy parecidas en la época del Imperio romano hasta expandirse la costumbre por Europa y América.
Con la llegada de los navegantes españoles y portugueses a finales del siglo XV la tradición tomó asiduidad hasta bien entrados los años 600 y 520 antes de Cristo, cuando comenzaron a celebrarse en Grecia rituales en honor a algunos semidioses relacionados con la fertilidad de la tierra y la cosecha.
Los etnólogos consideran que en la celebración del Carnaval se reflejan elementos de antiguas culturas, destacándose, sobre todo, las andinas prehispánicas y afroamericanas, y la fiesta de invierno o Saturnalia. Celebraciones griegas dionisíacas -relativo al griego Dioniso- y romanas, nombradas bacanales -mucho desorden y tumulto, según la Real Academia Española- también tenían lugar, de hecho, muy privilegiado, en aquellas culturas.
Todo ello es el antecedente del carnaval actual de muchas ciudades del mundo, por ejemplo, Alemania, con su Carnaval de Colonia, una festividad muy popular en esa urbe germana, en la cual durante el lunes se realizan cabalgatas por las calles.
Argentina es otra de las naciones que celebra ese regocijo en la región noroeste andina, donde se entierra al diablo en cada edición y se utilizan disfraces, acompañados de música y comparsa.
De igual forma, en la provincia argentina Entre Ríos se lleva a cabo el Carnaval de Gualeguaychú, en un área con capacidad para 17 mil espectadores.
El Carnaval de Oruro, departamento boliviano, es otra de las ceremonias religiosas más importantes en Sudamérica, proclamado por la oficina de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) «obra maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad».
Colombia pondera los suyos con el de Barranquilla, nombrado igualmente por la Unesco «Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad», en el año 2003.
Sin embargo, los de Brasil -originados en 1641- están entre los más icónicos del mundo. Son los de Río de Janeiro, considerado el mayor evento carnavalesco, de acuerdo al Guinness World Records.
Este evento brasileño se caracteriza por las mundialmente famosas Escolas do Samba y los blocos, que desfilan en sambódromos ubicados en Sao Paulo y Río de Janeiro, con la presencia de miles de personas.
Durante este prestigioso desfile brasileño resulta una tradición que los conocidos blocos, literalmente bloques, hagan sus entradas triunfales con vistosos trajes
Ellos, adornados con motivos gastronómicos y otros temas, glorifican los platos típicos del gigante de Suramérica.
La ceremonia del Carnaval está estrechamente ligada a la Semana Santa y a la Cuaresma Cristiana, una fecha variable que depende del calendario lunar.
Su apertura tiene lugar el jueves anterior de comenzar la Cuaresma, a su vez, esta nace 40 días antes que la Semana Santa, a partir de la primera luna llena, y después del inicio de la primavera en el hemisferio norte.
Por todos estos acontecimientos, la conmemoración carnavalesca, con base en el calendario lunar, se efectúa siempre entre los meses de febrero y marzo, aunque en la actualidad el sentido lúdico del Carnaval, frente al recogimiento de la Cuaresma, tiene su contrariedad.
Ambos hoy por hoy están desvinculados y durante una semana de jolgorio, las calles de gran parte del mundo se inundan de disfraces, pasacalles, desfiles y bailarines.
España, Chile, Venezuela, Estados Unidos, Bélgica, Canadá e infinidad de naciones no pasan por alto dicha diversión, como tampoco se queda atrás Venecia, con uno de los más antiguos carnavales del mundo, creado en 1094 por Vitale Falier, proveniente de una de las familias más respetadas de la época.
mem/dpm