El bote se encargará de monitorear desde el mar el recorrido de la sonda Chang’e-5 cuando parta a finales de este mes hacia el espacio exterior.
Esa nueva aventura es considerada una de las más complicadas y desafiantes para China, pues su objetivo es trasladar muestras de la Luna a la Tierra.
Se trata de la continuidad de la Chang’e-4, la primera sonda del mundo que recorre el lado oscuro de ese cuerpo celeste.
Si se desempeña como se espera, le seguirá otra misión al polo Norte lunar a fin de determinar la edad del suelo, la composición del viento solar, los isótopos de hidrógeno, carbono, helio y oxígeno.
Mientras, la Chang’e-7 buscará descubrir si existe hielo en la parte desconocida y la octava se enfocará en experimentos científicos y pondrá a prueba las tecnologías clave para sentar las bases para la construcción de una base de ciencia e investigación que involucren a humanos y robots en la década de 2030.
China desde el verano lanzó también un equipo a Marte que estudiará su atmósfera, entorno y características geológicas del planeta rojo.
Sus planes espaciales incluyen explorar otros astros habitables fuera del sistema solar en la etapa 2030-2045 y así se plantea abrir una nueva era de observación astronómica con tecnologías novedosas y a la vez registrar un nuevo logro en el campo de las investigaciones.
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