El visitante que llega a esta tierra de grandes ríos, llanuras, sabanas, montañas, hermosas playas y hasta nieve, no deja de sorprenderse cuando aprecia el disfrute a plenitud de esta tradición desde las primeras edades, con sus vestimentas, algunas típicas y otras impuestas por el mercado.
Pero no solo los niños, también las personas de la llamada tercera edad hacen de estas celebraciones el recuerdo vivo de sus épocas juveniles y gozan del baile y la música, como pudo constatar Prensa Latina en la Plaza El Venezolano.
Aunque este año los carnavales tienen como fecha de celebración el 20 y 21 de febrero, declarados de manera oficial feriados, desde antes el jolgorio ocupa espacio en calles, bulevares, paseos, plazas, museos, teatros y playas, y se declaran por comenzados, como ocurrió en Caracas y otras localidades estaduales.
Tan solo en la ciudad capital, las autoridades planificaron más de 550 actividades gratuitas para todos los gustos y preferencias, que tendrán su colofón este lunes y mañana con los disfraces y el desfile de carrozas en el Paseo de Los Próceres.
Pero no solo en esta urbe de casi 3,5 millones de habitantes se disfruta de las fiestas carnestolendas, sino también en el resto del país, donde algunas por su fuerte tradición y colorido, de acuerdo con la literatura consultada, sobresalen como las de El Callao, un pequeño pueblo minero del estado Bolívar.
Según las fuentes, estos festejos duran cuatro días y están reconocidos como los más grandes de Venezuela, al punto que en 2016 fueron declarados como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y en el cual las comparsas de Diablos y Madamas danzan al ritmo del Calipso.
Estas últimas tuvieron un rol importante en la sociedad de su época, pues llegaron a la nación con la misión de dar clases de inglés o francés o servir de cocineras en las viviendas de los adinerados mineros, y son hoy, con sus atuendos coloridos, personajes representativos de las festividades.
En Mérida se celebra el famoso Carnaval Taurino de América durante las Ferias del Sol, que este año arribó a su aniversario 52 y al que concurren amantes de la tauromaquia de la localidad, del territorio nacional y el mundo.
Destacan, además, los de Carúpano, estado de Sucre, con el Diablo Luis y el Carnival Cry; y en Maturín, Monagas, con las celebraciones del Rey Momo, aunque El Jokilis (combinación entre arlequines y bufones), de la Colonia Tovar, Aragua, también es un símbolo de tradición de las fiestas populares, originario de la Alemania de 1782.
Más allá del origen y procedencia geográfica, lo cierto es que, por estos días, Venezuela y sus habitantes son todo regocijo y disfrutan de estos festejos como si alguna vez fueran a terminarse.
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