El portal G1 asegura que equipos de rescate reanudaron este martes la búsqueda de sobrevivientes después del temporal y el balance del gobierno estadual apunta que de los 44 fallecidos, 43 se reportaron en la ciudad de Sao Sebastião y uno en Ubatuba.
Las faenas de búsqueda ocurren especialmente en barrios de la costa sur de Sao Sebastião, como la Villa del Sahy, área que concentra la mayoría de las víctimas de las precipitaciones.
En Juquehy, otro barrio bastante dañado, el Cuerpo de Bomberos registró un nuevo deslizamiento de tierra entre lunes y martes.
Tal sector está a unos 50 kilómetros de la región central y tiene acceso por tierra bloqueado a causa de los estragos del agua.
Además del trabajo para rescatar víctimas, otros equipos actúan para desbloquear la vía Rio-Santos y posibilitar el acceso.
Hay un punto con prohibición total, en Praia Preta, y otros nueve con atascos parciales a causa del deslizamiento de tierra, entre ellos el tramo de Maresias.
La arteria Mogi-Bertioga sigue completamente bloqueada, sin previsión para liberarse.
En la costa sur de Sao Sebastião, residentes quedaron aislados y aguardan la llegada de donaciones y atención médica.
Por el momento, en todo el estado hay mil 730 desalojados de sus casas y 766 desplazados. El Gobierno informó además que siete cuerpos de las víctimas fatales fueron entregados a las familias.
Las búsquedas son realizadas por bomberos, agentes de Defensa Civil y los propios habitantes de los barrios fustigados por los chaparrones. Con los derrumbes, muchas casas fueron arrastradas por tierra.
El meteorólogo Diego Souza, del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales, declaró a G1 que se mantiene la condición de aguaceros en la costa, pero con menos intensidad para los próximos dos días.
«Volúmenes iguales a lo que observamos posiblemente no ocurrirán en los próximos dos días, pero no podemos dar certeza aún, porque aún continúa la previsión de lluvia local con volúmenes significativos», afirmó.
Según el pronóstico, las precipitaciones deben ocurrir puntualmente en lugares aislados, con vientos y tormentas.
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