Un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) insta a los gobiernos a otorgar más recursos de su gasto público a los apoyos directos a la niñez.
Esa agencia destaca que los paquetes de emergencia aprobados para enfrentar la crisis económica generada por la Covid-19 asignaron sólo el dos por ciento a las familias con niños.
Según la directora de la Oficina de Investigación de Unicef Innocenti, Gunilla Olsson, resulta un imperativo que se tengan en cuenta las necesidades de la infancia cuando se diseñen los presupuestos de los países.
Apuntó que la ayuda financiera asignada directamente a los niños y las familias no es proporcional a las graves consecuencias de la pandemia ni al tiempo que se prevé que esta crisis afectará a los países.
De febrero a finales de julio de este año, los Estados de ingresos altos desembolsaron 10,8 billones (millón de millones) de dólares en sus respuestas a la Covid-19.
De ese total, cerca del 90 por ciento se gastó en paquetes de estímulo fiscal dirigidos a empresas, señala el informe.
Olsson indicó que si bien esa es una parte esencial de la respuesta a la crisis, el apoyo al sector empresarial excluirá inevitablemente a los menores más marginados y a sus familias, es decir, los desfavorecidos serán los más afectados por esas decisiones.
Unicef señaló que un tercio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y de la Unión Europea, que se tomaron en cuenta para el estudio, no implementó ninguna política dirigida específicamente a apoyar a los niños en su respuesta a la primera ola de la pandemia.
Los países que invirtieron en protección social para los infantes, lo que incluye cuidado, alimentación escolar y asignaciones familiares, solo mantuvieron esa asistencia un promedio de tres meses.
En la medida en que la segunda ola de la Covid-19 avanza, debe buscarse un mejor equilibrio, advirtió esa agencia de la ONU.
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