En un mensaje por la 54 edición del “Día Mundial por la Paz”, iniciativa católica que se conmemora el primero de enero de cada año, el sumo pontífice señaló que 2020 se caracterizó por la gran crisis sanitaria de Covid-19, convertida en un fenómeno multisectorial y mundial que agrava otras crisis interrelacionadas.
Al respecto, mencionó “la climática, alimentaria, económica y migratoria, y causa grandes sufrimientos y penurias”, al tiempo que manifestó pesar por quienes sufren las consecuencias de la pandemia.
Asimismo, reconoció, especialmente, el papel de médicos, enfermeros, farmacéuticos, investigadores, voluntarios, capellanes y personal de los hospitales y centros de salud, algunos de los cuales murieron “procurando estar cerca de los enfermos, aliviar su sufrimiento o salvar sus vidas”.
En ese sentido, Francisco reiteró su llamado los responsables políticos y al sector privado para que adopten las medidas adecuadas a fin de garantizar el acceso a las vacunas contra la Covid-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para prestar asistencia a los enfermos y a los más pobres y frágiles.
“La cultura del cuidado como camino de paz” es el tema abordado por el papa en su mensaje,desde diferentes perspectivas, entre ellas el cuidado de la dignidad y el derecho de las personas y del bien común, mediante la solidaridad y “la protección de la creación”.
Al referirse a lo que definió como “brújula para un rumbo común”, el pontífice invitó a los responsables de las organizaciones internacionales y de los gobiernos, del sector económico y del científico, de la comunicación social y de las instituciones educativas a dar un rumbo realmente humano al proceso de globalización.
A través de esta brújula, animo a todos a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, para superar tantas desigualdades sociales. Y esto será posible sólo con un fuerte y amplio protagonismo de las mujeres, en la familia y en todos los ámbitos sociales, políticos e institucionales, indicó.
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