El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) subió 0.30 por ciento en la primera quincena de febrero, ubicándose por debajo de las estimaciones de los analistas que esperaban un aumento de 0.34 por ciento, reporta el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi).
Así, la inflación general anual de la primera mitad de febrero se desaceleró por segunda quincena consecutiva, al pasar de 7,88 por ciento en la segunda de enero a 7,76 en la primera de febrero.
El rubro que tuvo la mayor incidencia positiva quincenal fue el de pecuarios, pues significó 35,1 por ciento del incremento quincenal de los precios, ya que su inflación fue de 1,68 por ciento y 10,27 anual, explicó Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económicos de Monex.
Bajaron bastante los precios del chile serrano, pepino, tomate, huevo, nopales y uniformes escolares. La inflación subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, registró un aumento de 0,35 por ciento quincenal, menor a las expectativas del mercado de 0,38.
Ante este comportamiento, la inflación que excluye elementos volátiles como los alimentos y la energía se desaceleró a 8,38 por ciento, tras dos quincenas de aumentos, pero suma 47 períodos por arriba del límite superior objetivo.
Las mercancías alcanzaron una inflación anual de 10,79 por ciento, mientras alimentos y bebidas, 13,86 por ciento y servicios 5,58 por ciento, y aunque cedieron un poco, los servicios, principalmente educación (colegiaturas) aumentaron 4,78 por ciento anual en ese período.
Por su parte, la no subyacente, que incluye productos agropecuarios y energéticos, fue de 0,15 por ciento en los primeros 15 días con respecto a la segunda quincena de enero, con lo que la anual bajó de 6,20 a 5,93 por ciento en ese lapso.
El descenso de la inflación anual de frutas y verduras, energía y tarifas autorizadas por el gobierno explica la desaceleración, añade Inegi.
La inflación en México en la primera quincena de febrero tiene en consecuencias un mejor registro a lo esperado ya que las mercancías ceden un poco, aunque los servicios siguen presionados, particularmente por los educativos.
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