Las restricciones también prevén la suspensión de las transmisiones del servicio en árabe de la cadena de televisión Russia Today y de la agencia Sputnik, todo ello en medio de sanciones occidentales contra Siria, cuyo gobierno se enfrenta a formaciones terroristas desde 2011.
De acuerdo con el Alto Representante de la UE para la Política Exterior y Seguridad Internacional, Josep Borrell, el décimo paquete de medidas de castigo demanda, además, a los miembros del bloque un informe sobre las cuentas del Banco Central ruso, congeladas en bancos europeos.
El 24 de febrero de 2022, el presidente Vladimir Putin ordenó el inicio de una operación militar en Ucrania para proteger a la población de la sublevada región de Donbass, sometida por ocho años a un genocidio por Kiev, según denunciaron las autoridades de esa zona.
Tras la acción bélica, Occidente desató una guerra económica contra Rusia, con la aplicación de más 11 mil acciones punitivas unilaterales que tuvieron un efecto bumerán, sobre todo para Europa, pues incluyeron un boicot a la compra de gas y petróleo de Rusia.
En esta ocasión, la UE también tomó como blanco a las organizaciones dedicadas a trasladar y dar refugio a unos seis mil niños de entre los caso dos millones de personas que decidieron refugiarse en Rusia, ante la ofensiva lanzada por Ucrania en Donbass a inicio de febrero de 2022.
Sin embargo, Borrell considera que los menores formaron parte de una supuesta deportación forzada realizada por Rusia, algo que su gobierno rechaza radicalmente, al recordar que la gran mayoría de la población de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk es rusoparlante.
Entre las personas sancionadas por la referida causa se encuentra la encargada de la defensa de los derechos humanos de Rusia, Tatiana Maskalova.
Durante una reciente intervención ante las dos cámaras de la Asamblea Federal, Putin recordó que Occidente suministró armamentos a Ucrania por valor de unos 150 mil millones de dólares, solo en los últimos 12 meses.
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