El Gobierno elevó a más de mil 100 la cantidad de profesionales desplegados para esos trabajos y además los dotó de equipos sensores, drones y otros dispositivos avanzados para detectar señales de vida bajo las gruesas capas de tierra y rocas que cubren la cantera.
Las labores se realizan con celeridad, pero con las esperanzas disminuidas por encontrar sobrevivientes, porque los desaparecidos están sepultados desde el pasado 22 de febrero al mediodía y se desconocen las condiciones al interior de la mina.
El yacimiento radica en Alxa, una localidad situada en un valle de la región autónoma de Mongolia Interior (norte) y propensa a grandes deslaves, como el ocurrido el miércoles en la noche y que añadió más capas de sedimentos.
El presidente chino, Xi Jinping, urgió esfuerzos redoblados para hallar con vida a la mayor cantidad de ellos, proteger los bienes y la estabilidad social.
La empresa a cargo del sitio recibió una multa por violación de muchas normas de seguridad, mientras la policía detuvo a quienes consideran responsables de la tragedia y abrió una investigación sobre sus causas.
China en 2022 lanzó una campaña para supervisar los sistemas de seguridad en todas las minas del país y comprobar si cumplen con las medidas de protección a sus empleados y la prevención de explosiones, derrumbes y otros sucesos letales, que son recurrentes y siempre dejan alto saldo mortal.
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