Como promedio los glaciares recorren alrededor de un kilómetro al año, pero el nuevo estudio descubrió una variación estacional en la velocidad del flujo de hielo, que se acelera en verano, lo que da una idea del modo en que el cambio climático podría afectar su comportamiento y del papel que desempeñan en el aumento del nivel del mar.
La península Antártica es la mayor reserva de agua congelada del planeta la Tierra, y se estima que entre 1992 y 2017 el agua de deshielo de los glaciares aumentó el nivel global del mar en unos 7,6 milímetros.
El equipo de investigadores analizó más de 10 mil imágenes de satélite tomadas sobre esta zona entre 2014 y 2021, y concluyó lo sensibles que son los glaciares al medio ambiente.
Demostró que la aceleración de los glaciares se produce en verano, cuando la nieve se derrite y aumenta la temperatura de las aguas del Océano Austral. Los expertos creen que el agua de la nieve derretida actúa como lubricante entre la capa de hielo y la roca subyacente, y como resultado se reduce la fricción y sube la velocidad a la que se deslizan los glaciares.
La península Antártica es la región más septentrional y cálida de la Antártida, tiene mil kilómetros de espina dorsal montañosa, similar a la longitud de la costa este de Reino Unido, y alberga un rico ecosistema marino de focas, pingüinos y ballenas.
A lo largo de la costa oeste, los glaciares drenan la capa de hielo directamente al océano Antártico.
En opinión de la doctora Anna Hogg, catedrática asociada del Instituto de Ciencias Climáticas y Atmosféricas de Leeds y autora del artículo, el territorio ha experimentado uno de los calentamientos más rápidos de todas las regiones de la Tierra.
La continuación de trabajos como éste —dijo— ayudará a los glaciólogos a controlar la rapidez con que se producen los cambios, lo que permitirá evaluar con precisión cómo responderá el hielo de la Tierra al cambio climático.
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