Por Jhonah Díaz González, Enviado especial
Después del sonado éxito de Estados Unidos en la cuarta edición (2017), todo indicaba que en 2021 el menú de juegos estaría nuevamente en las mesas de los aficionados, pero la realidad fue muy distinta y la euforia quedó en cuarentena entre dudas, descontentos y añoranzas.
Y aunque la espera irritó a no pocos fanáticos, el tiempo hizo su trabajo, curó las heridas de la angustia y la quinta versión tendrá lugar entre el 8 y el 21 marzo, con récord de 20 equipos divididos en cuatro grupos en Taipéi de China, Japón y Estados Unidos (Arizona y Miami).
Aunque lejos en el almanaque, los seguidores todavía recuerdan la victoria de Japón en 2006, cuando por primera vez buena parte de los mejores hombres de las Grandes Ligas norteamericanas se colocaron las casacas de sus respectivos países para crear un show que enamoró a millones de personas.
Los nipones solventaron no pocos obstáculos para vencer a Corea del Sur (6-0) en la ronda semifinal y doblegar a Cuba (10-6) en la disputa de la corona en el Petco Park, de la ciudad estadounidense de San Diego, California.
El manager Sadaharu Oh, una de las más grandes leyendas del béisbol japonés, contó con magníficas actuaciones del receptor Tomoya Satozaki, el jardinero derecho Ichiro Suzuki y el lanzador Daisuke Matzusaka, presentes todos en el equipo ideal y el último galardonado como el Jugador Más Valioso (MVP).
La selección de la tierra del Sol Naciente volvió a reinar en 2009, al someter a Estados Unidos (9-4) por el boleto camino a la definición y crecerse ante la oposición de Corea del Sur (5-3) en tope de cierre que se extendió hasta 10 entradas en el Dodgers Stadium de Los Ángeles.
Suzuki y Matzusaka, ambos exligamayoristas, volvieron a lucirse en los diamantes y el serpentinero conquistó su segundo premio de MVP consecutivo, una proeza difícil de alcanzar en el futuro.
Empero, la historia dio un giro de 180 grados en 2013. República Dominicana logró una exhibición digna de elogios, al transitar invicta la justa y elevar el estatus de figuras como Pedro Strop, Edwin Encarnación, Nelson Cruz, Robinson Canó y Fernando Rodney.
La tropa caribeña dejó balance de 8-0: Venezuela (9-3), España (6-3) y Puerto Rico (4-2) fueron sus víctimas en primera ronda, con un total de 19 carreras anotadas y apenas 8 permitidas.
En la segunda fase, los quisqueyanos pasaron por encima de Italia (5-4), Estados Unidos (3-1) y –de nuevo- Puerto Rico (2-0) para asegurar un puesto entre los cuatro grandes de la competición,
Ya en las semifinales eliminaron al “eléctrico” Países Bajos y desbancaron sin demasiados inconvenientes a los boricuas (3-0) en el pleito decisivo organizado en San Francisco.
Entre otros reconocimientos, el pitcher abridor Pedro Strop fue el más ganador (tres), el cerrador Rodney consiguió la mayor cantidad de salvamentos (siete) y Canó, con los Yankees de Nueva York por aquel entonces, se erigió como el Más Valioso al batear para .469 (32-15).
Sin los resultados que la mayoría esperaba en las ediciones precedentes, Estados Unidos hizo los deberes en 2017 y avanzó por primera vez más allá de las semis en el Clásico Mundial de Béisbol.
Con total protagonismo para ilustres veteranos, la escuadra norteña superó a Puerto Rico (8-0) en el epílogo, gracias a las faenas del lanzallamas Marcus Stroman, líder en efectividad (2.35 en 15.1 episodios a lo largo de tres aperturas), y los bateadores Brandon Crawford y Eric Hosmer, cada uno con 10 hits y promedio de .385.
Así, Japón (dos), República Dominicana y Estados Unidos aparecen como los únicos campeones del programa de marras, que volverá en breve a acaparar reflectores y tendrá, entre otros, a las súper estrellas Shohei Ohtani y Mike Trout, vistos por algunos como los mejores exponentes del planeta en la actualidad.
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