Las medidas, anunciadas el viernes, feriado semanal en este país musulmán, estipulan que los ciudadanos de países africanos podrán permanecer en el país seis meses y los estudiantes un año; los residentes ilegales podrán abandonar el territorio nacional sin pagar la penalidad de 25 dólares por cada mes de estancia ilegal.
En el anuncio sobre las nuevas medidas migratorias las autoridades prometen reforzar la atención médica y social a los migrantes a través de la Media Luna Roja, el equivalente islámico de la Cruz Roja Internacional.
Las decisiones fueron adoptadas en medio de denuncias de discriminación racial contra los indocumentados de países del sur del Sahara, desmentidas por la cancillería y portavoces oficiales del gobierno del presidente Kais Kaied que antes los acusaron de causar una ola de delitos y violencia.
En tanto, prosiguen las repatriaciones de súbditos de estados al sur del gran desierto, las más recientes de 50 guineanos y unos 300 marfileños llegados a Túnez de manera ilegal.
mem/msl