La disposición incluye un toque de queda desde las 21:00 a las 05:00 (hora local) y se extenderá hasta que las condiciones sanitarias mejoren en el país.
La duración de la medida estará determinada por la respuesta de los ciudadanos, ‘que no todos han seguido las ordenanzas de salud pública y continúan desobedeciendo las regulaciones’, precisó el jefe del gobierno.
La resolución faculta a la policía para actuar contra quienes infrinjan las reglas vigentes y llama a la población a quedarse en casa, salvo cuestiones impostergables.
Rowley reconoció que su administración fracasó en el empeño de tratar de evitar la implantación del estado de emergencia y advirtió serias dificultades en la atención a los enfermos, en particular por la falta de oxígeno para los más graves.
Nos estamos quedando sin camas destinadas a quienes requieren una respuesta mucho más firme a nivel individual, indicó.
Las nuevas restricciones permiten la continuación de los servicios esenciales y la suspensión ‘con efecto inmediato’ de las clases presenciales en las escuelas.
El país estará virtualmente cerrado, agregó el gobernante al explicar que la medida fue adoptada en una reunión de alto nivel que incluyó al Fiscal General y dirigentes del Ministerio de Salud, entre otros factores.
Quedan exceptuados de las restricciones el sector energético, la cadena de suministro de alimentos, las farmacias y el transporte público y privado.
Por su parte, la oficial médica principal de la cartera de Salud, Maryam Abdool-Richards, dijo que el sistema de atención se encuentra en una etapa crítica, con un 73 por ciento de ocupación de camas en los hospitales y un 95 en las de terapia intensiva.
El pasado jueves, Trinidad y Tobago reportó 21 muertes en 24 horas a causa de la Covid-19 y la detección de 565 nuevos casos positivos.
En lo que va del mes de mayo, las autoridades registraron dos mil 978 nuevos y 66 muertes frente a los 27 decesos reportados en abril, según datos oficiales.
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