En un comentario tras el rezo dominical Regina del Cielo, el sumo pontífice dijo que sigue con grandísima preocupación los acontecimientos en Tierra Santa, y exhortó a los habitantes a abrirse paso a paso hacia una esperanza común y a una convivencia entre hermanos.
Señaló que violentos encuentros armados entre la Franja de Gaza e Israel cobraron auge en estos días y amenazan con degenerar en una espiral de muerte y destrucción, y consideró inaceptable la pérdida de seres inocentes.
Además, apuntó, el creciente odio y la violencia que afectan a varias ciudades de Israel es una herida grave a la fraternidad y a la convivencia pacífica entre los ciudadanos, que será difícil de curar sin una apertura de inmediato al diálogo.
En ese sentido, recordó lo expresado en el Documento Fraternidad Humana y apeló a la calma ‘en nombre de Dios que creó a todos los seres humanos iguales en derechos, deberes y dignidad y los llamó a vivir juntos como hermanos entre sí’.
El papa instó también ‘a quienes tienen responsabilidades, a cesar el tronar de las armas y recorrer los caminos de la paz, incluso con ayuda de la comunidad internacional’.
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