«Pedí a la Fundación Nacional del Indio (Funai) y al ministerio (Pueblos Originarios), que me presenten todas las tierras que están listas para ser demarcadas, porque la gente necesita demarcarlas pronto, antes que las personas se apoderen de ellas», afirmó Lula al intervenir en la 52 Asamblea General de los Pueblos Indígenas, en el norteño estado de Roraima.
Llamó a «legalizar rápidamente todas las tierras que están casi listas para estudios y los indígenas puedan ocupar los territorios que les pertenecen».
El gobernante estimó que los territorios originarios en cuestión son un «bien precioso» para el cuidado con el clima en el país.
Manifestó sentirse triste al descubrir que la población nativa no tiene ayuda gubernamental para producir.
Prometió tratar «con cariño» de opciones para financiar el desarrollo de los productores y la gestión de recursos naturales en regiones como la Tierra Indígena Raposa Serra do Sol.
«Creo que algo anda mal, o históricamente por parte del gobierno, o por parte de alguien. No es posible que la gente, a lo largo de ese tiempo, prestó tanto dinero para producción agrícola en el país y no haya llegado dinero a la producción agrícola indígena», apuntó.
Lula aseguró que el territorio brasileño un día fue ciento por ciento indígena y las tierras fueron invadidas a lo largo de los siglos.
«Cuando dicen que los indígenas están ocupando un 14 por ciento del territorio nacional, deberían recordar que los indios tuvieron el ciento por ciento del territorio nacional. Son los otros que ocupan el 86 por ciento de una tierra ciento por ciento de los indígenas brasileños», recalcó.
Señaló que el Gobierno retirará a los mineros de áreas aborígenes y destinará recursos para la producción agrícola promovida por los pueblos tradicionales.
«Vamos a sacar definitivamente a los mineros de las tierras indígenas. Incluso si hay oro aquí en Roraima, incluso si tiene oro en la tierra indígena, ese oro no es de nadie, está allí porque la naturaleza lo puso», refirió.
Insistió en que ese metal precioso «está allí en una tierra indígena, por lo tanto, nadie tiene el derecho de tocar aquello sin autorización de los dueños de la tierra: los indígenas que allá viven y tienen la tierra legalizada en su nombre», subrayó.
Según el último censo nacional, unos 900 mil brasileños se reconocen como nativos. Sin embargo, en las últimas décadas, los expertos aseguran que aumentó este número. Se trata de familias mixtas expulsadas de sus territorios a lo largo del tiempo y que ahora buscan recuperar su identidad colectiva.
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