El mandatario viajará a esa urbe del sur de California, escenario el pasado 21 de enero de la matanza de 11 personas en un estudio de baile, según anticipó el diario The New York Times.
Biden tiene previsto ir al lugar de la tragedia o encontrarse con Brandon Tsay, el joven que enfrentó al autor de la masacre y que asistió como invitado al discurso sobre el Estado de la Unión en febrero, en el cual el demócrata instó a la prohibición de las armas de asalto.
Recordó el rotativo que el ocupante del Despacho Oval ha solicitado de forma repetida esa prohibición en recientes apariciones públicas, destacando no solo el problema, sino también los límites de su poder para hacer algo al respecto.
Incluso con mayorías en ambas cámaras del Congreso durante los dos primeros años en el cargo, los miembros de su partido fueron incapaces de aprobar una restricción en ese sentido.
Ahora cualquier iniciativa resultará más difícil con una Cámara de Representantes controlada por los republicanos, señaló el Times.
«Volveremos a prohibir las armas de asalto contra viento y marea», afirmó recientemente el gobernante a sus correligionarios en la ciudad de Baltimore.
El Biden senador negoció en 1994 una prohibición de 10 años de las armas de asalto como parte de un proyecto de ley más amplio sobre la delincuencia, que provocó en su momento un descenso temporal de los delitos con esos artefactos y de los tiroteos contra policías, reveló un estudio del Departamento de Justicia (DOJ).
Esa propuesta bloqueaba la venta de 19 armas con características utilizadas por el Ejército de Estados Unidos y contó con la oposición de los republicanos, así como de la Asociación Nacional del Rifle, defensora del derecho constitucional de los ciudadanos del país al porte de esos medios letales.
El verano pasado, el Parlamento aprobó un proyecto de ley bipartidista que reforzaba la comprobación de antecedentes de los posibles compradores de armas menores de 21 años.
También el DOJ anunció un programa de 200 millones de dólares para financiar programas estatales, en un intento por reducir la violencia armada que, a criterio de Biden, es la epidemia que desangra al país.
El rastreador Gun Violence Archive advirtió que en Estados Unidos ocho mil 386 personas perdieron la vida por incidentes relacionados con armas de fuego en lo que va de año, mientras ocurrieron en el mismo periodo 110 tiroteos masivos, definidos por el grupo de investigación como aquellos en los que se reportan al menos cuatro víctimas fatales o heridas.
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