Se trata precisamente de uno de los temas más espinosos del acuerdo tripartito, en especial entre Estados Unidos y México donde hay muchas discrepancias respecto de las leyes laborales que cada país aplica y las cuales son muy sensibles.
Esto se debe a la estrecha conexión en las relaciones de trabajo pues en Estados Unidos hay una masa importante de mexicanos que abarca no solamente a los 37 millones de residentes en el vecino país, sino a los miles de braceros o temporeros que los granjeros emplean en época de cosechas.
Al mismo tiempo, empresarios del otro lado del río Bravo tienen en la parte mexicana decenas de maquiladoras, de las cuales las más importantes y que emplean gran número de trabajadores, son las del sector automovilístico.
Las discrepancias, aún vigentes, están básicamente en los enfoques diferentes en cada nación sobre los derechos laborales, prestaciones sociales e incluso las subcontrataciones, y fueron las que, en época de Donald Trump, frenaron y retardaron la firma del T-MEC.
Según el anuncio de las partes, los titulares de Comercio de los tres países se reunirán de manera virtual hoy lunes y mañana martes para discutir el pacto, que entró en vigor en julio de 2020.
Esos funcionarios recibirán actualizaciones sobre el trabajo que ya está en marcha para promover la cooperación y mantendrán robustas discusiones sobre las históricas obligaciones laborales y ambientales del T-MEC, dijo desde Washington la oficina de la representante Comercial, Katherine Tai.
Dicho anuncio fue replicado en México por las autoridades correspondientes, pero sin adelantar detalles.
Sin embargo, fuentes cercanas a la secretaría mexicana, dijeron que Estados Unidos está poniendo a prueba las disposiciones del nuevo acuerdo que apuntan a fortalecer los sindicatos en esta nación.
La observación está relacionada con una solicitud la semana pasada a México para que investigue presuntos abusos en una fábrica de General Motors instalada en este territorio. mem/lma