En declaraciones a Prensa Latina, la especialista principal de agua y género del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP) de la Unesco precisó que hay avances en el empoderamiento femenino en este sector clave, pero sin que la mujer se ubique a escala global en la posición que le corresponde, al representar la mitad de la población del planeta.
Imburgia abordó la cuestión de la equidad a propósito de la presentación el 22 de marzo en Nueva York del Informe Mundial anual de la ONU sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, en el contexto de una conferencia de las Naciones Unidas, reporte que aborda los desafíos sobre el agua y la urgencia de la cooperación para encararlos.
El estrés hídrico que vivimos afecta a todos, pero la escasez de agua y los problemas de saneamiento tienen un particular impacto en las mujeres y las niñas, vulnerables en consecuencia en ámbitos como la educación, la salud, las oportunidades de empleo y la autoestima, subrayó.
De acuerdo con la experta argentina, las féminas siguen rezagadas en cuanto al liderazgo y la gestión en el sector, con cifras que en algunos criterios no superan un 20 por ciento de participación.
Se trata de dejar atrás estereotipos de género y de ir más allá de las soluciones nominales, con una participación real, respaldada por datos, dijo.
Un estudio realizado en 2020 sobre el objetivo seis de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible (Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos) demostró que hay mucho camino por recorrer en los indicadores, con consecuencias más graves, por ejemplo, para las mujeres que viven en zonas rurales, señaló.
Ante una pregunta de Prensa Latina, Imburgia reflexionó que el asunto de la desigualdad es bien conocido, y sin embargo, sigue presente.
En ese sentido, lanzamos en 2021 la iniciativa de impulsar en la Semana Mundial del Agua el enfoque de la equidad de género, con recomendaciones que van desde la infraestructura y las inversiones hasta las medidas para acortar las brechas entre las políticas y las prácticas, expuso.
Para la especialista principal del WWAP de la Unesco, las respuestas pasan por el trabajo conjunto de los diferentes actores, la educación, la difusión y la materialización del objetivo de contar con más y mejores datos desglosados por sexo, que permitan dirigir las políticas públicas.
Respecto al informe aportado por el WWAP manifestó que tuvo la misión de garantizar la equidad en el lenguaje, los conceptos y el tratamiento de las diversas cuestiones reflejadas. mem/wmr
