Todos los expertos están de acuerdo en que, al igual que la buena alimentación y el ejercicio físico moderado, dormir bien debe ser un hábito fundamental para el bienestar físico, mental y social.
Los avances de las investigaciones en neurociencia demuestran que tener un tiempo de sueño de buena calidad es factor importante para una vida saludable, tanto en la prevención como en el tratamiento de muchos problemas de salud y de enfermedades crónicas.
Según los especialistas, se debe pecnoctar una cantidad de horas suficientes para que el descanso sea de calidad satisfactoria, por lo que este día es la oportunidad perfecta para crear conciencia sobre la importancia del sueño y luchar contra algunos conceptos erróneos.
Los terapeutas señalan que se debe dormir la cantidad necesaria, ni más ni menos. Para un adulto esta se sitúa entre las siete y ocho horas, ya que la falta es tan perjudicial como el exceso.
También resulta importante la regularidad, acostarse en la misma cama y cada día a la misma hora, en tanto debe cumplirse con la nocturnidad, o sea, descansar de noche ya que el cerebro y el cuerpo están programados para ello.
Hacerlo durante el día (que es cuando se debe estar despierto y alerta), no compensa la falta de descanso nocturno.
De hecho, las enfermedades psiquiátricas suelen estar asociadas a trastornos del sueño, pero dormir bien no solo es esencial para la salud mental, sino que desempeña un papel crucial en las enfermedades metabólicas y en varias afecciones crónicas.
Por último, es esencial la calidad, lo cual se traduce en que las horas de descanso tienen que ser de corrido, sin sobresaltos, sin dificultad para conciliar el sueño ni problemas que lo interrumpan.
De no hacerlo, según esas recomendaciones, aparecerían trastornos como la apnea del sueño, el insomnio, la somnolencia extrema o trastorno crónico del sueño durante el día y el impulso de movilizar las piernas al tratar de dormir, así como sensaciones de hormigueo, ardor y comezón.
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