Según Ruiz, la fractura de la placa ocurre cuando esta ingresa bajo el continente y debido al calor de la tierra, pese a ser rocosa, se vuelve frágil, como un vidrio.
Ruiz explicó que la de Nazca es una placa tectónica oceánica que se encuentra en el océano Pacífico oriental, frente a la costa septentrional y central de Chile y la totalidad del litoral de Perú, Ecuador y Colombia.
El proceso de subducción de la misma, por el cual una placa litosférica oceánica se hunde bajo otra placa -advirtió- frente a las costas sudamericanas, zona que forma parte del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, ha provocado que esta área sea altamente sísmica y volcánica.
El experto aclaró que este último sismo no tiene relación con el ocurrido en Pedernales, en la provincia de Manabí, el 16 de abril de 2016.
En este sentido, dijo que en ese año el movimiento telúrico se produjo por un rozamiento de las placas, lo cual sucede cuando dos placas se enganchan y acumulan esfuerzos hasta que ocurre un deslizamiento en el que liberan toda le energía acumulada por años.
Por esa razón -añadió- los daños fueron más grandes en la provincia de Manabí donde se registraron cientos de réplicas los primeros días, lo cual no ha sucedido con el terremoto del pasado 18 de marzo.
De acuerdo con Ruiz, hasta la mañana de este lunes se han registrado 29 réplicas con magnitudes de 2.1 a 3.6.
Ruiz añadió que el sismo del sábado duró alrededor de 20 segundos y esta duración -aseguró- fue la que provocó los daños en edificaciones.
Un total de 235 viviendas quedaron afectadas y 90 colapsaron completamente, mientras 148 unidades educativas y 48 centros de salud sufrieron daños.
La mayoría de los damnificados (940) son residentes de la provincia de El Oro, la que más sufrió con la sacudida.
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