Un estudio de ese organismo precisó que su desaparición afecta a los ríos de la cuenca del Amazonas, cambia la vida en las comunidades de las montañas, provoca escasez de agua y obstaculiza la generación de energía hidroeléctrica en tierras bajas que albergan a cientos de millones de personas.
“La gente a lo largo de la cuenca del Amazonas ha comenzado a aprender de primera mano lo que el cambio climático significa para su forma de vida», afirmó la coordinadora principal de la Subdivisión Marina y de Agua Dulce del Pnuma, Leticia Carvalho.
Subrayó la investigación que los pueblos indígenas y las comunidades locales son los menos responsables de las emisiones que causan el cambio climático, pero tendrán que adaptarse a circunstancias sumamente hostiles y a nuevas formas de vida menos armoniosas con la naturaleza.
Ante esa nueva normalidad climática se ejecuta por la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica un proyecto en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, para aprovechar los suministros de agua alternativos sostenibles.
Datos del Pnuma indican que Los Andes han perdido entre el 30 y el 50 por ciento de su capa de hielo en los últimos 40 años, situación que se suma a la lamentable noticia de que los glaciares más vulnerables ya desaparecieron.
Este deshielo ha alterado el flujo de agua hacia la cuenca del Amazonas, la fuente hidrográfica más grande del mundo, lo cual ha secado los humedales e intensificado los temores de escasez de agua.
Es importante que los países actúen ahora porque el cambio climático solo empeorará las cosas, alertó Carvalho.
Iniciativas como la mejora de la recolección de agua de lluvia, la rehumidificación de los humedales y el cambio a cultivos más resistentes a la sequía en zonas áridas, son algunas de las iniciativas puestas en práctica para reducir las vulnerabilidades.
También en otras regiones se prevé que la pérdida de glaciares reducirá la disponibilidad de agua para la agricultura, la energía hidroeléctrica y los asentamientos humanos a mediano y largo plazo, recalcó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
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