Según la revista JACC: Advances, los científicos descubrieron que las personas que vivían cerca de las carreteras y avenidas no solo tenían más probabilidades de desarrollar la dolencia, sino que esta aumentaba por la cantidad de fuertes sonidos emitidos por los vehículos.
La investigación sirve para trazar estrategias en función de modificar el ruido del tráfico rodado y la contaminación atmosférica, tanto desde el punto de vista individual como social y así mejorar la salud cardiovascular.
Ahora los científicos realizarán estudios de campo para comprender mejor los mecanismos fisiopatológicos a través de los cuales el ruido del tráfico afecta a la hipertensión.
Los ruidos son sonidos fuertes e indeseados que interfieren o impiden las actividades, llegando incluso a configurar un tipo de contaminación: la sonora
Entre los problemas de salud causados por este fenómeno están los cardiovasculares, estrés, depresión, perturbaciones del sueño, pérdida auditiva, acúfenos, daños al sistema nervioso, socioacusia y el bajo rendimiento laboral. lam/joe