El mandatario estadounidense, que arribó durante anoche, fue recibido por los ministros del gabinete canadiense y funcionarios de asuntos exteriores, tras lo cual conversó con la gobernadora general, Mary Simon.
Según detalló un reporte de la cadena CTV News, al encuentro entre Biden y Trudeau seguirá una reunión ampliada con ministros del gabinete y miembros de la delegación procedente de Washington.
Es en estas conversaciones donde se espera que ocurran las discusiones políticas sustanciales de la visita, aunque con semanas, si no meses, de preparación previa al viaje, acotó el reporte.
El séquito de Biden a Ottawa incluye más de una docena de funcionarios, entre ellos: el secretario de Estado Antony Blinken, la secretaria de Energía Jennifer Granholm, el asistente del presidente para Asuntos de Seguridad Nacional Jake Sullivan, y la asesora de Seguridad Nacional, Liz Sherwood-Randall.
Acorde con el medio, se prevé que durante su alocución a los miembros del Parlamento, el ocupante del Despacho Oval subraye cómo la asociación Canadá-Estados Unidos es beneficiosa para ambas partes. De acuerdo con un comunicado divulgado previamente por la Casa Blanca, los asuntos a tratar con las autoridades de este país versarán sobre cuestiones asociadas “al fortalecimiento de la cadena de suministro, a la implementación de medidas para mitigar el cambio climático y a la migración irregular”.
Pese a las alertas de que el suministro de armas a Ucrania solo alarga el conflicto con Rusia, y a los llamados a la búsqueda de una salida pacífica en relación al diferendo, otras de las cuestiones a tratar será la facilitación de equipamiento bélico al gobierno de Volodomir Zelensky, según se informó.
También en materia castrense, ocupará un espacio en la agenda la modernización del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte, integrado por ambos países.
Tras la llegada de Biden, la capital canadiense experimenta una mayor presencia policial y de socorristas alrededor del edificio parlamentario, aviones militares en los cielos y cierres de carreteras cada vez que la caravana del Servicio Secreto está en movimiento.
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