Généus, quien encabeza los esfuerzos de la nación caribeña en el área internacional en el pedido de asistencia concreta y efectiva, no dijo al periódico a cuáles naciones hacía referencia, mientras que el jueves el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de Estados Unidos se reunieron para discutir, entre otros temas, la situación del país caribeño.
En cuanto a ese encuentro, el ministro de Relaciones Exteriores admitió que la gravedad de la situación en Haití exige de mucho discernimiento, sin embargo, la reunión no debe distraernos de nuestro trabajo, aseguró.
En octubre pasado el primer ministro haitiano, Arie Henry, solicitó a Naciones Unidas y a la comunidad internacional en general el despliegue de tropas especializadas capaces de contener a las bandas que en ese entonces bloquearon la distribución de combustibles poniendo en riesgo la atención hospitalaria y otros servicios esenciales.
Généus reconoció que la petición de la ONU tiene dificultades para materializarse y Haití paga las consecuencias de las rivalidades y contradicciones entre las potencias mundiales. “Nuestro hemisferio es actualmente el foco de una gran rivalidad y no debemos ignorar esta realidad”, señaló.
Además, el canciller sostuvo que buscan contratos y asistencia técnica para nuevos equipos que refuercen la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad, sin embargo, el Gobierno no dispone de muchos recursos y algunos países tienen restricciones en la reexportación mientras otros son “inexplicablemente insensibles” a la situación y tragedia de la nación caribeña.
Mientras la comunidad internacional sigue sin ofrecer una respuesta concreta, más de 530 personas fueron asesinadas en lo que va de año como consecuencia de las acciones de las bandas y 277 secuestradas.
Además, las pandillas incursionan con impunidad en los barrios de Puerto Príncipe y Artibonite dejando a su paso decenas de muertos, viviendas incendiadas y forzando el desplazamiento de miles de personas.
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