“Las formas de resistencia a las democracias participativas se ocultan en aparentes libertades de expresión, libertades de prensa, para que de forma implacable invaliden hasta querer volver impresentable toda acción que preserve y que proteja a quienes históricamente han sido excluidos”, aseguró.
En su discurso ante el plenario de jefas, jefes de Estado y de Gobierno, así como de delegaciones de países miembros de la Conferencia Iberoamericana, Arce afirmó que los golpes de Estado, las rupturas institucionales y el cerco permanente a las democracias populares tienen formas de aparente discurso democrático.
Durante su intervención en la cita de Santo Domingo, insistió en que es el momento de “repensar formas democráticas” más participativas, “con derechos ciudadanos ampliados y fundamentalmente con sociedades y Estados adecuados y fortalecidos al nuevo tiempo y preparados decididamente para enfrentar los proyectos conservadores”. En adición, propuso avanzar en el fortalecimiento y la extensión democrática, así como en la creación de mecanismos que la protejan.
Criticó que “el gobierno de los jueces y la inmisericorde ofensiva jurídica sobre los liderazgos populares nos obliga a tener que constitucionalizar un conjunto de instituciones nuevas que defiendan y preserven las democracias interculturales y populares”, sostuvo.
Sin dar mayores detalles acerca de esta propuesta, el mandatario boliviano reiteró la necesidad del multilateralismo.
Ante la plenaria de la cumbre, foro que reúne a delegaciones de 22 Estados con objetivos de concertación política y de cooperación en diferentes temáticas, Arce abogó porque la colaboración y el multilateralismo contribuyan a enfrentar la actual crisis económica y alimentaria.
Llamó a “desechar el orden internacional injusto que solo ha generado crisis, inestabilidad, turbulencia e incertidumbre en nuestros pueblos” sobre la base de un modelo capitalista en crisis.
“El tercer milenio nos encuentra reconstituyendo bloques y nuevas alianzas -describió Arce-, nuevas formas de relación entre los pueblos”.
Remarcó que las circunstancias exigen que la cooperación y la Ayuda Oficial al Desarrollo se adapte a los retos actuales, que considere las reales necesidades, capacidades y potencialidades de los países.
Igualmente, debe considerar los desafíos y transiciones a las que la economía mundial se ve impulsada: como la transición energética, la transición ecológica o la transición digital, concluyó el dignatario.
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