La Oficina de Información del Consejo de Estado (Gabinete) delineó en un texto de seis capítulos las fallas de Washington y las consecuencias en un tema, donde se autodenomina defensor y utiliza a conveniencia para mantener su poder hegemónico en el mundo.
Dicho material se refirió a “enfermedades crónicas” de la sociedad estadounidense como la política del dinero, la discriminación racial, la violencia de la policía, el uso descontrolado de armas y la polarización de la riqueza.
“La legislación de los derechos humanos y la justicia vieron una retrogresión extrema, socavando más los derechos básicos y las libertades de los norteamericanos”, indicó.
Mencionó que la expectativa de vida se desplomó, aumentaron las muertes por la adicción a las drogas y ataques armados, incluso en las escuelas, y además las mujeres perdieron protección constitucional con el fin del derecho al aborto.
El documento acusó a los políticos de Estados Unidos de servir a los intereses de los oligarcas, criticó que las donaciones convirtieron a las elecciones en un juego para los ricos y aseguró que la democracia pierde cada vez más apoyo de la ciudadanía.
Habló de las consecuencias de la inequidad racial, la creciente brecha socioeconómica y de las normas discriminatorias para las minorías étnicas, migrantes y otros grupos desfavorecidos en la primera potencia del mundo.
Condenó la persistencia del trabajo infantil, las condiciones de la población penintenciaria y la falta de programas adecuados para lograr una verdadera rehabilitación en los centros juveniles de reclusión.
El artículo, igualmente, deploró que Washington alimente conflictos bélicos en todo el mundo, mantenga sanciones unilaterales contra otros Estados, amenace las relaciones internacionales e incumpla con los compromisos asumidos en materia medioambiental.
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