Aprobada el 27 de marzo de 2022, un día después de 62 homicidios en una sola jornada, la medida marcó un punto de fricción entre el oficialismo y la oposición, en tanto la población—pese a los excesos de las autoridades—agradece los avances en los niveles de seguridad que disfruta ahora.
Disminuir el índice de homicidios hasta 0,6 por cada 100 000 personas en un país que fue uno de los más violentos del mundo es algo a destacar, y la ciudadanía, aun a costa de las restricciones a sus derechos, se ve confiada en las calles y los comerciantes no sienten la presión de la extorsión. La realidad no se puede negar, estiman expertos y algunos críticos.
Sin embargo, medios internacionales y organizaciones defensoras de los derechos humanos, aunque reconocen esos éxitos, atacan la medida y manifiestan que sus resultados son a costa de las libertades civiles. Hay algo que no termina de convencer, tal vez la supuesta detención de miles de inocentes acusados de ser parte o colaborar con las llamadas maras.
Muchos “no quieren recordar” las acciones bárbaras de las pandillas contra la población y ahora arremeten contra las imágenes “turbadoras” de las cárceles de seguridad del presidente Nayib Bukele, donde se apiñan asesinos, aunque también otros que no lo son.
Es una situación compleja. Recientemente una voz autorizada en El Salvador, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, dijo que es “una ley inicua”, es decir, cruel e injusta. El primer y único cardenal salvadoreño exhortó a las autoridades a “buscar el diálogo para revertir los efectos negativos que generó el régimen de excepción en un sector de la población”.
A 12 meses de su aprobación, no hay señales sobre cuándo terminará, aunque el ministro de Defensa Francis Merino, un asiduo de cercos y acciones contra las pandillas en los barrios, dijo categóricamente que se mantendrá por tiempo indefinido.
Representado fundamentalmente por la MS13, Barrio 18 facción Sureños y Revolucionarios, aunque hay otros grupos como Mao Mao y Mara Máquina, una de las bandas más antiguas en el país, el tema de las pandillas permite al Gobierno y al partido Nuevas Ideaslimpiar el camino hacia las elecciones de 2024. Esa es otra realidad.
Mientras, persiste otra cara del problema, denunciada en el aniversario del estado de excepción por organizaciones de la sociedad civil: más de un centenar de individuos murieron bajo arresto e informes señalan que al menos 20 mil personas capturadas, de los más de 66 mil apresados en el lucha contra la delincuencia, son inocentes.
(Tomado de Orbe)
Pie de foto: El ministro de Defensa salvadoreño, Francis Merino, aseguró que el régimen de excepción continuará por tiempo indefinido.