Dijo que la agenda socialista nunca ha sido más relevante de lo que es ahora. La pandemia de Covid-19 mostró al mundo las desigualdades en las que vive la gente, la vulnerabilidad de los más pobres a la mala atención médica y el dinero hecho por algunas empresas a raíz de la situación. Todo eso, sumado a la crisis ambiental que se enfrenta también a nivel global, evidencian problemas que no se pueden dejar al libre mercado, sostiene Corbyn.
El líder del Partido Laborista de Reino Unido entre 2015 y 2019 habla sobre el impulso en el movimiento sindical –como ejemplo las recientes protestas en Francia–, de una nueva generación de trabajadores muy conscientes de cuáles son sus derechos, pese a la dispersión física que implica la economía digital, del avance de la agenda de izquierda en Europa, Estados Unidos y América Latina, así como de los riesgos de regresión y de los cambios en el modelo de producción a nivel global.
Las ideas de solidaridad, de afiliación sindical, de socialismo, están recobrando fuerza de una manera que no se había visto desde hace muchos años. Ha sucedido en Estados Unidos, está sucediendo en toda Europa, expresó.
El que alguien como Bernie Sanders, identificado como socialista, podría estar a un paso de ganar la nominación demócrata (en Estados Unidos), indica hasta qué punto un gran número de personas en todas las sociedades han cambiado sus puntos de vista sobre la política, consideró.
Estimó que América Latina se ha movido, a grandes rasgos, hacia la izquierda; aunque hay un contrataque terrible. Por ejemplo, en Perú, donde está preso el presidente Pedro Castillo, hubo un intento de golpe; en Bolivia también y hubo un intento contra Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil.
Al consultársele si se ve un avance más decisivo en la recepción de la agenda progresista electoral en América Latina que en otras regiones, particularmente Europa, Corbyn dice que sí, pero matiza que Europa es una imagen muy confusa.
En el recuento de la más reciente elección en Francia, las divisiones en la izquierda hicieron que Jean-Luc Mélenchon no llegara a la ronda final y que en ésta, la izquierda, en general, votó por Emmanuel Macron sólo para mantener a Marine Le Pen y a la extrema derecha fuera del gobierno.
Pero en las elecciones posteriores, después de la presidencial a la Asamblea Nacional, la izquierda lo hizo muy, muy bien.
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