El equipo debía despegar en las primeras horas de este jueves, pero los especialistas decidieron dejarlo para más adelante y todavía no determinaron la nueva fecha de envío.
Observadores coinciden en que así habrá más tiempo para garantizar la seguridad y el éxito total de la misión.
La nave y el cohete portador Gran Marcha-7 Y3 desde el domingo están bajo un proceso de pruebas y verificaciones en el centro de lanzamiento de Wenchang, provincia de Hainan.
Cuando salga debe acoplarse con el módulo central de la estación espacial, lanzado recientemente y ya en órbita para encontrarse con la Tianzhou-2.
La nación asiática prevé completar la estación a finales de 2022, pero de conjunto enviará al menos 10 misiones para adiestrarse en el ensamblaje y construcción en órbita de naves espaciales complejas y grandes, así como en la realización de vuelos tripulados de larga duración cerca de la Tierra y de experimentos a gran escala.
Esa instalación estará en capacidad de garantizar la estancia de tres astronautas hasta un período máximo de 33 días y dispondrá de sistemas de soporte vital renovable.
Por ejemplo, el vapor de agua exhalado por los ocupantes será recuperado por condensación, mientras la orina será reciclada y purificada para luego usarse como agua potable y corriente.
La estación operará en la órbita terrestre baja a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros, mientras su vida útil está diseñada para 10 años. Sin embargo, los expertos creen que podrá durar más de 15 años con los mantenimiento y reparaciones adecuados.
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