Zhao Lijian, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que el bloque actuó erróneamente con la imposición de sanciones unilaterales a Beijing, así se entrometió en temas internos y además causó daño a los nexos bilaterales.
Según indicó, las contramedidas de China fueron una respuesta necesaria ante las mentiras maliciosas que circulan sobre el tratamiento a la etnias de la región autónoma uigur de Xinjiang, noroccidente.
Rechazó la exigencia de Bruselas a la nación asiática de revocar las sanciones sobre varias figuras europeas y precisó que el pacto de inversiones es mutuamente beneficioso.
‘China siempre ha sido sincera al promover la cooperación entre las partes y espera que la UE camine en la misma dirección con (…) más racionalidad’, añadió.
Beijing y Bruselas completaron el acuerdo bilateral de inversiones a fines del año pasado y debía entrar en vigor en este 2021 para garantizar a ambos mayor ingreso a los respectivos mercados, con más protección a las operaciones y productos, respeto de la propiedad intelectual y cumplimiento de las leyes internacionales de comercio.
Incluso, preveían ampliarlo en cuatro años a fin de incluir otras 175 indicaciones de las dos partes.
Pero viven momentos de crecientes tensiones tras el intercambio de sanciones vinculadas al tema de los derechos humanos en Xinjiang, con fuerte presencia de musulmanes.
A finales del marzo los cancilleres europeos firmaron un compendio de medidas punitivas contra cuatro funcionarios y una compañía china, alegando supuesto maltrato en la región autónoma uigur.
Se trató de la primera vez en 30 años que el bloque procedió con acciones como esas, pero además el Parlamento Europeo canceló abruptamente una reunión sobre el acuerdo bilateral de inversiones y algunos legisladores pidieron boicotearlo.
Aparte de la UE, de manera simultánea Reino Unido, Canadá y Estados Unidos también aprobaron sanciones contra China bajo el mismo argumento.
Beijing, por su parte, reciprocó con igual contundencia todas esas medidas, llamó a la racionalidad y advirtió que si persiste la hostilidad occidental se verá forzado a contraatacar en defensa de su soberanía e intereses.
Rechazó los señalamientos de violación de derechos humanos en su suelo y reiteró que no admitirá chantajes ni injerencia en un tema de índole interno.
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