“A los sectores apátridas hoy les recordamos que su arrogancia jamás destruirá la hermandad que existe entre Cuba y Venezuela”, escribió el mandatario en su cuenta en Twitter.
El 12 de abril de ese año en el contexto del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez (1954-2013), grupos de contrarrevolucionarios de origen cubano y seguidores de partidos de derecha venezolanos, asediaron por 36 horas la sede diplomática de la isla.
Personas amparadas por la impunidad y confabulación del Gobierno del municipio de Baruta, dejaron a la legación al dejarla sin energía eléctrica, agua y destrozaron los vehículo aparcados en su exterior, además de amenazar y lanzar todo tipo de improperios contra los diplomáticos cubanos.
El retorno de Chávez al poder -tras su secuestro por militares desleales, que contó con la complicidad del sector empresarial, sindicatos de la oposición, la Iglesia católica y los medios de comunicación privados- puso fin a esas acciones.
Al rememorar la víspera la fecha del 11, 12 y 13 de abril, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, expresó que esos días significó “verle la cara al monstruo del fascismo en nuestro país”, además de ver renacer al pueblo junto a su líder bolivariano.
Afirmó que fue una gran conspiración con gente cercana a la Revolución bolivariana, lo cual “esto no es nuevo para nosotros”.
Cabello remarcó que se produjo uno de los hechos más importantes en la historia de Venezuela como fue la unión cívico militar, «nuestro pueblo unido pidiendo se le devolviera al comandante Chávez», acotó.
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