Al participar en la Cumbre Mundial de la Salud, encuentro virtual convocado por la presidencia italiana del G20 y la Comisión Europea, Okonjo-Iweala describió el acceso equitativo a las vacunas, el diagnóstico y la terapéutica de la pandemia como ‘la cuestión moral y económica de nuestro tiempo’.
Destacó que los miembros de la OMC podrían contribuir a ello al reducir las barreras de la cadena de suministro, utilizando plenamente la capacidad de producción existente, y abordar cuestiones relacionadas con la propiedad intelectual, el acceso y la innovación.
Propuso a los responsables de la formulación de políticas pensar en la preparación, la respuesta y la resiliencia como un paquete interconectado, donde la cooperación internacional en el comercio es importante, acotó.
La directiva recordó que aun cuando el valor del comercio mundial de mercancías se redujo en más del siete por ciento el año pasado, el comercio de suministros médicos aumentó en un 16 por ciento y en 50 puntos porcentuales para el equipo de protección personal.
Con respecto al papel de la OMC para abordar la escasez mundial de vacunas, Okonjo-Iweala apuntó que los miembros podrían actuar en tres frentes.
Primero, dijo, abordar y dar seguimiento a los problemas de la cadena de suministro que frenan la producción de vacunas, desde las restricciones a la exportación y la burocracia aduanera excesiva hasta escollos para acceder a las materias primas o contratar trabajadores calificados.
La segunda acción es ayudar a los fabricantes a escalar ‘manteniendo abiertas las líneas de suministro y haciendo coincidir la capacidad infrautilizada con las necesidades no satisfechas’, lo que definió como necesario para salvar vidas ahora.
‘A largo plazo, especialmente si la pandemia permanece durante años, necesitamos una base mundial de fabricación de vacunas más diversificada geográficamente; tener menos del 0,2 por ciento de la capacidad en África no es una receta para la resiliencia de la oferta ‘, significó.
Por último, refirió que los miembros de la OMC ‘deben abordar cuestiones relacionadas con la transferencia de tecnología, los conocimientos técnicos y la propiedad intelectual’, incluida la exención temporal propuesta de las normas de propiedad intelectual de la OMC para las vacunas y otros productos relacionados con la enfemerdad.
‘Debemos actuar ahora para que todos nuestros embajadores se sienten a la mesa para negociar un texto; esta es la única forma en que podemos avanzar rápidamente, no podemos hacerlo con discursos y polémicas’, instó la directora general de la OMC.
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