Rectorado por el Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros de Cayo Coco (CIEC), la labor ayuda a perfeccionar las tareas que se acometen en la zona en aras de salvaguardar las especies de la flora y fauna marinas y terrestres.
El especialista principal del programa, Yunier Olivera, destacó que las investigaciones sirven de base a trabajadores y directivos del sector turístico en la implementación de medidas de educación ambiental apropiadas, por ser un área importante para el buceo y la pesca deportiva.
Los estudios centrados en las variables físico-químicas y meteorológicas evidenciaron la conexión existente entre las especies de ambas zonas geográficas, primordial para los planes de manejo y resguardar los lugares de anidación, guaridas y alimentación de las especies, expresó.
Su aislamiento geográfico debido a la lejanía de los núcleos poblacionales, convierten a Jardines de la Reina en el archipiélago mejor conservado de los cuatro que rodean la Isla, pues hasta allí solo se puede llegar por vía marítima.
Formado por unos 600 cayos e islotes y convertido en un Parque Nacional, lo distingue el buen estado de los arrecifes coralinos, la alta productividad de los manglares, los pastos marinos y la abundancia y talla de los peces, entre las más altas del mundo.
Los cayos de Ana María resaltan como la principal área del archipiélago por ser una zona de cría significativa para la ornitofauna, tanto terrestre como marina, por lo cual está incluida en la ruta migratoria de más de 70 especies.
Las bellezas naturales y el alto endemismo de las especies convierten a la región en un destino privilegiado para el turismo especializado de actividades náuticas.
Ante la compleja situación epidemiológica por la que atraviesa el mundo, y en particular Cuba, debido a la Covid-19, en la zona se cumplen todos los protocolos higiénicos y de bioseguridad para evitar cualquier brote de la enfermedad.
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