De acuerdo con el anuncio realizado por el primer ministro en funciones, Galab Donev, durante 2022 una significativa cantidad de insumos provenientes de Kiev permaneció en su país, lo cual interrumpió las cadenas de producción nacionales.
Según un reporte de Radio Bulgaria, el jefe de Gobierno aludió a la obligatoriedad de esa medida interna, mientras las autoridades de la Unión Europea aún evalúan una acción adecuada, si bien reafirmó que ese territorio continuará con su solidaridad a Ucrania.
La iniciativa acontece tras la adopción de estrategias similares en Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumanía, estados que comunicaron al bloque regional la necesidad de limitar la importación de esos alimentos frente a la caída de los precios y los daños económicos.
No obstante, la Comisión Europea criticó las restricciones aprobadas por Varsovia, Budapest y Bratislava y recordó que no apoya ese tipo de prohibiciones, reclamo también asumido por Ucrania ante esas decisiones unilaterales.
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