A cargo de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (Odhag), la instalación muestra el Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica y el documento presentado por Gerardi el 24 de abril de 1998.
Una década antes, la Conferencia Episcopal de Guatemala nombró a monseñor Rodolfo Quezada y a Gerardi para participar en la Comisión Nacional de Reconciliación.
Ello llevaría a la creación de la Odhag y poco después inició el proyecto interdiocesano Recuperación de la Memoria Histórica, el cual tenía la intención de registrar por medio de testimonios y documentación la historia reciente de Guatemala.
Para Gerardi, conocer la verdad sobre los crímenes cometidos durante la dictadura debía ser indispensable para la paz social y en un contexto político y social complicado asumió la responsabilidad de compilar las investigaciones y entrevistas durante el período de represión militar hasta la firma de la Paz.
Con un matiz conciliador, organizó encuentros entre la insurgencia, el Gobierno y los sectores civiles para enriquecer el documento de cuatro tomos, que exponía más de 54 mil violaciones a los derechos humanos entre 1960-1996.
La autoría de la mayoría de las brutalidades, según pruebas fehacientes, incluidas masacres, torturas, violaciones masivas, desapariciones forzadas, mutilaciones y otros crímenes, se le atribuyó al Ejército o a bandas paramilitares relacionadas con esta fuerza.
Con 40 años de memoria histórica compilada conocieron los guatemaltecos, por primera vez, escalofriantes cifras: 150 mil muertos, 50 mil desaparecidos, un millón de exiliados y refugiados, 200 mil huérfanos, 40 mil viudas.
Y lo más importante, nueve de cada 10 víctimas eran civiles desarmados, en su mayoría indígenas.
Ese 24 de abril de 1998, Gerardi anunció que «el trabajo de búsqueda de la verdad no termina aquí, tiene que regresar a donde nació y apoyar mediante la producción de materiales, ceremonias, monumentos, etcétera, el papel de la memoria como un instrumento de reconstrucción social».
Guatemala: nunca más, fue fundamental años después, cuando la Comisión para el Esclarecimiento Histórico auspiciada por la ONU llegó a conclusiones parecidas en su informe Memoria del Silencio.
Entonces, Christian Tomuschat, su coordinador, afirmó que en ese esfuerzo profundo y complejo ocupó un primer plano monseñor Juan Gerardi.
Y hoy, como nunca, su voz sigue pidiendo, como entonces, «Nunca más».
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