Más de 70 manifestaciones multitudinarias se dieron en las principales ciudades, en respuesta a las convocatorias de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), que sin ambages lanzaron un ultimátum a la patronal.
La vicepresidenta segunda y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz, comentó en distintas plataformas que los reclamos responden a las necesidades de las familiares que sufren las consecuencias de las subidas de precios en los últimos 18 meses.
“Un día de alegría y de ilusión compartida en la conquista de nuevos derechos (…) Democratizar la economía y avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria es un anhelo compartido y una lucha cotidiana”, escribió la vicepresidenta en su cuenta de Twitter.
CCOO y UGT exigieron a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) un alza significativa de los salarios, de lo contrario advirtieron que vendrán movilizaciones de protestas más constantes.
El lema de las marchas dejaba muy claro el propósito de los gremios: «Subir salarios, bajar precios, repartir beneficios». En plena Gran Vía de Madrid tuvieron lugar parte de los desfiles y en una tribuna en el umbral de la plaza de España, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, señaló a la patronal que es posible un escenario de huelgas sectoriales, si no se llega a la mesa de negociaciones.
El dirigente hizo alusión a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, las cuales calificó de decisivas» y que «está en juego el modelo de sociedad para los próximos años (…) los sindicatos no son neutrales ni equidistantes».
En igual sentido se pronunció Pepe Alvarez, líder de la UGT, quien subrayó que ni no se avanza en el diálogo para avanzar todos juntos, “la movilización está asegurada”.
Además de Yolanda Díaz, también tomaron parte en los actos los ministros de Hacienda, María Jesús Montero; de Igualdad, Irene Montero; y de Consumo, Alberto Garzón.
Garzón, quien es también coordinador federal de Izquierda Unida, instó en una declaración a “seguir desplegando cambios en el tiempo y ampliando el elemento cualitativo” como ocurrió con la reforma laboral, a la vez que consideró legítima la exigencia de subida de salarios en el país.
Valencia, Bilbao, Barcelona, Sevilla, además de Madrid, fueron algunas de las ciudades donde se percibió un ambiente festivo y entusiasta, en el cual se entrecruzaron los intercambios de políticos de la izquierda en el poder y la derecha, encabezada por el conservador Partido Popular.
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