Esta instalación, que utiliza biomasa para generar altos niveles de electricidad y se encuentra ubicada aledaña al central Ciro Redondo (a unos 450 kilómetros al Este de la capital cubana), funciona sin interrupciones desde el 15 de marzo, según precisó a medios locales de prensa el jefe de Planta, Ariel Díaz.
Este explicó que lo anterior es resultado de un proceso continuo y estable, en el que mejoraron gradualmente la eficiencia y las proporciones de tipo de biomasa para quemar.
Refirió además que al comenzar la zafra esa proporción era mitad y mitad: 50 por ciento de bagazo de caña de azúcar y 50 de marabú.
Agregó que el dato más reciente habla de un 76-24 por ciento, lo cual permite que la bioeléctrica genere en tiempo de molienda, fundamentalmente, con bagazo, y pueda destinar el marabú para continuar aportando después de la campaña azucarera.
Ambos frentes son muy susceptibles al déficit de combustible y de piezas de repuesto para las máquinas de corte que el país enfrenta actualmente.
Por diseño, la bioeléctrica podría asumir más de 800 toneladas de biomasa forestal diariamente con un parque de 10 máquinas, de las cuales menos de la mitad se mantienen de alta.
Actualmente hay acumuladas unas 15 mil 700 toneladas de marabú y cinco mil de bagazo, pero esas cifras varían en cada jornada, de ahí que se intente diversificar el suministro de bioportadores energéticos, algo que siempre se contempló en el proyecto original, y que hasta ahora no se había concretado.
Díaz también informó que firmaron un contrato con una mediana empresa privada que asumirá el manejo de bosques energéticos —desde el fomento y las atenciones silviculturales, hasta el corte y la entrega de biomasa—, con lo cual el enclave de Ciego de Ávila estaría mucho más cerca del concepto original: generar electricidad limpia todo el año.
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