Los recientes contactos de la Coordinadora Especial de las Naciones Unidas aquí, Joanna Wronecka, y el embajador de Arabia Saudita, Walid Al-Bukhari, enfatizaron en la necesidad de no desperdiciar más tiempo y acudir a la designación del nuevo jefe de Estado.
En diálogo con el jefe de la Corriente Patriótica Libre, Gebran Bassil, la representante del organismo multilateral manifestó su preocupación por la demora en la elección del presidente libanés que pueda unificar el país y permitir la implementación de reformas integrales.
Por su parte, el diplomático saudita tuvo encuentros con el titular del Parlamento, Nabih Berri, el Gran Muftí de la República, Abd al-Latif Darian, y el jefe de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea.
De acuerdo con reportes locales, Al-Bukhari no entró en el juego de nombres y candidatos, sin manifestar su apoyo a nadie ni vetar ninguna nominación.
En sus reuniones, el funcionario de Riad centró las discusiones en la urgencia de elegir un presidente con un consenso interno libanés y no ser provocador con Arabia Saudita y hostil a ella y a los países del Golfo.
Según expertos, Francia todavía apoya la candidatura del líder del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh, y trata de asegurar un entendimiento nacional junto al apoyo de Arabia Saudita para llegar a un acuerdo presidencial.
Los análisis del expediente libanés hacen énfasis en la iniciativa de París de poner fin a la vacante en interés de designar a Franjieh, a cambio de nombrar al exembajador en Naciones Unidas Nawaf Salam para formar el futuro gobierno.
En este contexto, el rechazo de las principales fuerzas cristianas como la Corriente Patriótica Libre, el Kataeb y la ultraderecha de las Fuerzas Libanesas obstruye la designación de Franjieh, quien suma el apoyo del Partido Hizbulah, Movimiento Amal y algunos diputados sunitas e independientes.
Ante este panorama, el secretario General del Partido Unión, Hassan Murad, destacó la importancia de los diálogos regionales y beneficiarse de ellos para aliviar las tensiones en la escena libanesa con el fin de encontrar soluciones reales y prácticas a la crisis.
Bajo un gobierno interino, Líbano atraviesa el sexto mes de vacío de poder después de su independencia, tras la conclusión del mandato de Michel Aoun la noche del 31 de octubre pasado.
El Parlamento repitió el 19 de enero el mismo guion de las anteriores 10 sesiones y ningún candidato de la comunidad cristiana maronita cuenta con el respaldo de la mayoría de 128 diputados, para prolongar la ausencia de un presidente.
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