La campaña la encabezan los líderes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Democrático (PRD), quienes firmaron una alianza para intentar arrebatarle la mayoría absoluta a Morena en la Cámara de Diputados y dominar el presupuesto de la nación, denunciaron.
Hernández manifestó su respaldo a los candidatos de las distintas alcaldías de la Ciudad de México por los actos de vandalismo y hostigamiento durante las campañas, atribuidos a los tres partidos de oposición como parte de esa guerra sucia.
Denunció que las prácticas ilegales de esos partidos son muestra clara de que la oposición está desesperada y usa, como método de competencia, el miedo y la mentira, cruzando los límites de una competencia electoral.
Asimismo, Hernández denunció que la propaganda de Morena está siendo retirada de manera ilegal en las alcaldías, además de que han amedrentado y golpeado a los brigadistas de este instituto político.
Están ya en un gran operativo de compra de voto, una práctica ya tipificada como delito grave, por lo que el partido estará vigilante del cumplimiento de la democracia, indicó.
Por su parte Anaya señaló que el Partido del Trabajo tiene alianza, pero con el pueblo de México y desde su seno refrenda el apoyo a la IV Transformación, un cambio que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, el cual ya nadie detiene y privilegia el bienestar de los ciudadanos.
Dijo que la auténtica izquierda se mantiene en alianza con los mexicanos, sin titubeos y el país requiere de esa unidad. El PT se consolida de la mano de los ciudadanos, como la vanguardia de la transformación.
El líder petista consideró que el país no necesita de acuerdos que remiten al mal llamado Pacto por México, el cual sólo se ocupó de los intereses personales y dejó daños palpables a la nación.
La alianza del PRI-PAN-PRD es el reflejo del deseo de regresar al régimen de saqueo, corrupción y moches presupuestarios con los que se enriquecieron unos cuantos.
Les pidió a los líderes de los tres a dejar atrás las campañas sucias, una mala práctica que debe desterrarse de nuestros procesos electorales.
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