Mediante una declaración conjunta, las facciones llamaron a confrontar los planes del ente de Tel Aviv que tienen como objetivo la ciudad de Jerusalén y sus lugares sagrados.
Enfatizaron que la agresión contra Al-Aqsa y Jerusalén requiere una escalada de la acción de resistencia y un gran movimiento popular para frustrar los planes maliciosos del gobierno israelí.
A través de un comunicado, el portavoz del Movimiento Hamas, Abdel-Latif Al-Qanou, reafirmó el rechazo al régimen sionista y su proyecto de extender la soberanía o imponer el control sobre Al-Aqsa a través de la marcha de la bandera.
En este contexto, el Frente Popular para la Liberación de Palestina puntualizó que el pueblo y su resistencia no guardarán silencio sobre las medidas israelíes en Al-Aqsa».
Consideró que el continuo estado de silencio árabe e internacional respecto a lo que ocurre en Jerusalén anima a la ocupación a persistir en estas políticas y medidas encaminadas a judaizar la ciudad y perpetuar la división espacial y temporal en el recinto sagrado.
El movimiento de Al Muyahidines subrayó que el desfile de los colonos no logrará legitimar la presencia israelí en la tierra palestina.
Ante este panorama, Jordania denunció el asalto al amanecer de la mezquita de Al-Aqsa por parte de extremistas judíos, incluidos miembros del gobierno y el parlamento israelíes.
En esta línea de pensamiento, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Sinan Majali,repudió la marcha de la bandera prevista para la tarde en la Ciudad Vieja, al subrayar que Israel no tiene soberanía sobre la Jerusalén ocupada.
Advertió sobre el deterioro de la situación a la luz de permitir que las banderas provocativas marchen en la Jerusalén ocupada y exigió a Tel Aviv Israel, como potencia ocupante, cesar de inmediato todos los esfuerzos para alterar el statu quo legal e histórico en el complejo sagrado.
De acuerdo con el canal panárabe Al Mayadeen, más de 500 colonos israelíes irrumpieron en la Mezquita de Al-Aqsa en una hora y realizaron recorridos provocativos por ella.
Los colonos provocaron a los periodistas palestinos y extranjeros frente a la Puerta de Damasco; mientras, la policía colocó a los reporteros en un área específica e impidió su movimiento.
Por su parte, la agencia Wafa indicó que el ente militar estableció barricadas en las carreteras principales, lo que interrumpió la vida normal de la población palestina de la ciudad.
También, ordenó a las tiendas de Jerusalén permanecer cerradas durante el día para permitir el libre y fácil acceso de los colonos durante la marcha y evitar fricciones con los palestinos.
El desfile de grupos nacionalistas y movimientos extremistas comenzó en 1968 y recuerda la toma de la Ciudad Vieja por parte de Israel en la llamada Guerra de los Seis Días, en junio de 1967.
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