Las declaraciones de Guterres tras su reunión con el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, son un nuevo llamado del organismo multilateral para desplegar tropas en Haití,con el fin de luchar contra el aumento de la violencia de las bandas que controlan la capital y otras ciudades departamentales.
“Las necesidades humanitarias son dramáticas. Tenemos un sistema político paralizado y unos niveles de violencia absolutamente atroces”, afirmó.
Ya la ONU había comparado la inseguridad en la nación caribeña con lo que ocurre enterritorios que tienen conflicto armado por el aumento de las cifras de asesinatos, secuestros y las incursiones de las pandillas en barrios residenciales; además, las acciones criminales interrumpen actividades esenciales como la distribución de combustibles, educación, salud e incluso la administración pública.
De enero a abril, más de mil 400 personas murieron como consecuencia de la violencia, de ellas, unas 600 solo en el cuarto mes del año, y otras 400 fueron víctimas de secuestros, de acuerdo con datos de la ONU.
Diversas organizaciones denunciaron que el escenario actual en Haití, dado por el aumento de la inseguridad, la recesión económica, el incremento de la pobreza, los disturbios políticos y la ausencia de un consenso nacional, provoca graves violaciones a los derechos humanos.
El asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021 agudizó la crisis institucional en un país sin Parlamento desde enero de 2020 y un sistema judicial afectado por huelgas recurrentes y sin figura de autoridad.
Todo lo anterior tiene un impacto negativo en la población porque las entidades estatales que deben intervenir no funcionan realmente bien, reconoció Renan Hédouville, coordinador de la Oficina de Protección del Ciudadano.
A ese panorama se suma ahora la respuesta de los civiles, que comenzaron a linchar a los supuestos miembros de las pandillas ante el silencio de las autoridades.
Más de un centenar de presuntos pandilleros fueron asesinados y sus cuerpos quemados y mutilados por ciudadanos enfurecidos en Puerto Príncipe, Artibonite, Le Cayes, Hinche y otras localidades, lo cual alimenta aún más la violencia.
(Tomado de Orbe)