De acuerdo con la literatura médica, la tiroides es una glándula endocrina ubicada debajo de la laringe, que tiene como función principal producir las hormonas tiroideas T3 y T4.
Estas hormonas son sustancias químicas que circulan a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo, siendo indispensables para el normal funcionamiento del organismo.
La alteración de dichas hormonas genera síntomas, que pueden confundirse con el diagnóstico de otras enfermedades de origen psiquiátrico, cardiológico y gastroenterológico.
Están relacionadas con el crecimiento y la regulación de los procesos metabólicos, tales como la temperatura corporal, frecuencia cardíaca y el consumo de energía del organismo.
Regula los procesos metabólicos, tales como la temperatura corporal, frecuencia cardíaca y el consumo de energía del organismo e incide en la regulación del sueño, el apetito y el carácter.
Su funcionamiento inadecuado genera las siguientes patologías, hipotiroidismo, hipertiroidismo, nódulo único sólido o quístico, bocio multinodular, tiroiditis y cáncer de tiroides, además de distintos tipos de carcinomas o tumores malignos.
Entre los síntomas están dolor de garganta, hinchazón en el cuello, aumento de la sensibilidad al frío, debilidad muscular, ronquera, infertilidad femenina, cambios en la piel, cabello y las uñas.
La Organización Mundial de la Salud estima que aproximadamente unas 750 millones de personas padece de alguna patología tiroidea, de las cuales un 60 por ciento lo desconoce.
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